miércoles, 26 de julio de 2017

Se llama B



Se llama B y tiene 2 años recién cumplidos. Él no lo sabe pero está a punto de emprender el viaje de su vida, el que le va a llevar a tener una familia gracias a la generosidad de una pareja muy especial. Cuando rendirse no es una opción no hay nada que pueda con quien tiene una determinación, y así han luchado ellos durante 6 largos años, desde que la naturaleza caprichosa se resistía a darles un hijo, entonces ellos decidieron darle unos padres a un niño. B estaba aún lejos de existir, pero ellos ya lo querían con todo su corazón. 6 largos años de ilusión y desilusión, de decepciones continuadas, de esfuerzo económico, de dolor en el alma. 

Y yo vuelvo a pensar en la polémica de los vientres de alquiler ("maternidad subrogada" dice el eufemismo), ¿cómo va a estar eso bien? Bien está darle futuro a un niño que está solo en el mundo, bien está que te dé igual si lleva tus genes o no porque tú lo vas a querer como si lo hubieras parido -o más según con quién comparemos-, bien está aceptar lo que la naturaleza te ha dado y dar vida a quien ya la tiene pero no la puede disfrutar plenamente. Bien está ser capaces de resistir 6 largos años a la nefasta gestión del sistema de adopción internacional, a las corruptelas, los chantajes, y la presión emocional. Es tremendamente injusto y doloroso no poder tener hijos, pero la solución no es regular el tema de los vientres de alquiler y traer niños al mundo a costa de la explotación de mujeres sin recursos (lo del altruismo me vais a perdonar pero será un caso de cada cien, si eso), la solución pasa por mejorar los sistemas de adopción, tanto nacionales como internacionales, y que los niños que ya están en el mundo tengan todos una oportunidad.

B aún no lo sabe, pero tiene unos padres maravillosos, muy pronto lo descubrirá. Y aquí nos quedamos esperándole una legión de familiares y amigos con el corazón agradecido a esos padres por su lucha, por su generosidad, por su perseverancia. Con ellos hemos aprendido tanto... y ahora nos traen a nuestras vidas el regalo de esta otra vida que tanto nos va a aportar. Gracias B porque antes de conocerte ya nos haces felices a muchos, sobre todo a ellos, que tanto se lo merecen. Y GRACIAS queridos padres de B, por enseñarnos que por la vida no se pasa de puntillas, se pasa pisando fuerte, luchando por tus sueños, y sembrando buenas semillas. Ahora vais a recoger la más bonita de todas.